una hermosa ciudad checa, es famosa por sus aguas termales y arquitectura impresionante. Ideal para relajarse, disfrutar de spas y explorar su vibrante cultura. ¡Un destino perfecto para los amantes de la naturaleza y el bienestar!
Estancia en el hotel y régimen seleccionado. Día libre para disfrutar la ciudad a tu aire o a través de alguna de las excursiones y visitas que proponemos. A orillas del río Moldava, la capital de la República Checa, es la ciudad más grande del país. Situada en la región de Moldavia, es una ciudad con un encanto bohemio y rasgos propios de un cuento de hadas, siendo un destino perfecto para los amantes de la cultura que quieran disfrutar de una ciudad llena de historia, arte, música y arquitectura. De una belleza especial, cualquiera de sus barrios ofrece algo para recordar. En Hradcany encontramos el famoso Castillo de Praga, la Catedral de San Vito, y el Callejón del Oro, en las inmediaciones del castillo, donde aún se pueden ver algunas de las antiguas casas de artesanos y oficios siendo uno de los lugares más pintorescos de Praga. El barrio de Malá Strana es el barrio con más encanto de la ciudad. Los edificios de corte antiguo con fachadas de colores han resistido el paso del tiempo y es un placer pasear por sus calles. Además, podemos admirar monumentos históricos como la Iglesia de San Nicolás, la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria que es la iglesia barroca más antigua de la ciudad y en cuyo interior se encuentra el famoso Niño Jesús de Praga, al que se cambia de vestido varias veces al año, o el Museo Franz Kafka. Al barrio de Staré Město, más conocido como la Ciudad Vieja de Praga, se llega desde Malá Strana por el famoso Puente de Carlos. En este barrio se encuentra uno de los lugares más emblemáticos de Praga, la Plaza de la Ciudad Vieja, donde se pueden contemplar cómo desfilan las figuras del Reloj Astronómico. Este barrio sigue conservando un aire medieval que lo convierte en uno de los más pintorescos de Praga, y uno de los preferidos por los viajeros para disfrutar del ambiente perdiéndose entre sus calles. Otro de los barrios importantes es el Josefov. El antiguo barrio judío de Praga. Se encuentra junto a la Ciudad Vieja y es uno de los más apasionantes de la ciudad, aunque durante los siglos XIX y XX las obras de renovación de la ciudad acabaron con las antiguas casas judías por lo que sólo el cementerio judío, uno de los más impresionantes de Europa, y seis sinagogas se mantuvieron en pie. Además, en el barrio judío de Praga se puede visitar la Plaza de Franz Kafka, donde se encuentra la casa en la que nació el escritor y el Ayuntamiento, símbolo del gueto judío de Praga. Por último, Nove Mesto, la zona más moderna del casco histórico y que, aunque es conocido como la ciudad nueva de Praga data del siglo XIV. El punto neurálgico es la Plaza de Wenceslao, una gran plaza rodeada de hoteles y restaurantes donde se ubica el Museo Nacional. Actualmente en este barrio se concentran la mayoría de las tiendas y oficinas. La actual Nove Mesto debe su aspecto a las obras de remodelación que se llevaron a cabo durante el siglo XIX, dando origen a numerosos edificios de estilo art-nouveau. Praga, la capital de la República Checa, es una ciudad rica en historia, cultura y arquitectura. Situada a orillas del río Vltava, es conocida como «la ciudad de las cien torres» debido a sus impresionantes edificios históricos. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga la famosa Plaza de la Ciudad Vieja, donde se encuentra el icónico Reloj Astronómico, que atrae a miles de turistas cada año. La ciudad combina estilos arquitectónicos que van desde el gótico hasta el barroco y el renacimiento. El Castillo de Praga, uno de los castillos más grandes del mundo, ofrece vistas panorámicas de la ciudad y es un símbolo nacional. La Catedral de San Vito, ubicada dentro del castillo, es un ejemplo impresionante de la arquitectura gótica. Praga también es famosa por su vibrante vida cultural. La ciudad cuenta con numerosos museos, galerías y teatros, así como una rica tradición musical que incluye la obra de compositores como Dvořák y Smetana. La escena gastronómica es igualmente diversa, con platos típicos como el goulash y los trdelník, un dulce popular. Los puentes de Praga, especialmente el Puente de Carlos, son puntos de encuentro tanto para locales como para turistas. Este puente histórico está adornado con estatuas y ofrece un ambiente encantador, especialmente al atardecer. Con su mezcla de historia, arte y belleza natural, Praga es un destino imperdible en Europa, ideal para explorar a pie y disfrutar de su atmósfera mágica. Sin duda, una ciudad que deja una huella imborrable en quienes la visitan.Alojamiento.
Estancia en el hotel y régimen seleccionado. Día libre para disfrutar la ciudad a tu aire o a través de alguna de las excursiones y visitas que proponemos . Alojamiento.
A la hora indicada traslado al aeropuerto. Salida en vuelo destino ciudad de origen.
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